MEDICINA ANTROPOSÓFICA. VALORACIÓN CRÍTICA

 

La medicina antroposófica se basa en el concepto de Steiner de que la conciencia espiritual es la base de la salud individual y de la salud de la sociedad. Steiner cree que muchos de los más antiguos sistemas de curación, como la medicina tradicional chinamedicina ayurvédica y medicina tibetana, se basan en una percepción espiritual del mundo que la ciencia moderna ha perdido. 

Steiner quería desarrollar medicamentos para ponernos en contacto con la espiritualidad, y al mismo tiempo, mantener y usar sabiamente los beneficios de la ciencia y de la tecnología. Por lo tanto, la medicina convencional necesita extenderse más allá de la ciencia física para que incluya una ciencia espiritual integral.

Aproximación histórica

El principal creador de esta corriente es Rudolf Steiner, un filósofo austríaco que en 1921 fundó,  junto con homeópatas, una empresa farmacéutica que fabricaba remedios basados en la antroposofía, que es una filosofía que él mismo había creado. El conocimiento en el campo de la física en 1921 era muy extenso, se conocía la teoría de la relatividad, la dualidad onda-corpúsculo y estaban desarrollando ya la mecánica cuántica. Sin embargo en el campo de la biología y en concreto la medicina, el gran salto se dio en la segunda mitad del siglo XX; a principios de siglo no se conocían las vacunas, exceptuando la rabia y el ántrax, no había antibióticos, ni insulina, no se conocía el papel de las vitaminas, la psiquiatría estaba empezando su tercera revolución, la cirugía era muy arriesgada y la esperanza de vida media en España era de 41,15 años. 

En un contexto así es fácil de entender que se buscaran unas terapéuticas diferentes que, a pesar de que no faciliten la curación, al menos no hagan más daño al paciente como las famosas sangrías. Rudolf Steiner estudió filosofía y ciencias en Viena y se doctoró en filosofía 8 años más tarde. A la edad de 9 años tuvo una experiencia paranormal cuando afirmó haber visto el espíritu de un familiar muerto antes de saber que éste muriera, debido a la influencia de este hecho siempre se interesó por el esoterismo y las ciencias ocultas. Sus primeros trabajos sobre epistemiología ya enfocaban el conocimiento como algo natural juntando la parte puramente física basada en la experiencia y observación, que permite conocer la apariencia del universo, con una parte más espiritual que se basa en el pensamiento como forma de descubrir la naturaleza del universo. 

Esta filosofía del conocimiento fue la parte principal de su obra en los primeros años, él abogaba que a través del pensamiento y del alma se podía separar y comprender cómo tu naturaleza y el entorno social influían en tu forma de actuar y una vez entendidos se podía separar para crear una ética y una moral propias individualizadas para cada persona, creadas según cada situación. De esta manera se podía conseguir la libertad verdadera. En 1902 Rudolf Steiner se convirtió en el presidente de la sociedad teosófica alemana, esta sociedad busca el conocimiento a través de las religiones, ve que la verdad es algo espiritual y debe ser enfocada desde ese punto de vista. Se dio a conocer en este movimiento a través de un libro donde comentaba la experiencia paranormal de un amigo suyo. Más adelante debido a diferencias entre miembros se desvinculó de esta sociedad para formar la sociedad antroposófica. 

Tras la primera guerra mundial Steiner impulsó una reforma social llamada la triarticulación social donde abogaba por la separación total de tres esferas, la economía, la política y el derecho y la cultura y espiritualidad. Está basado en el lema de la revolución francesa de libertad,  en la cultura y espiritualidad dando una educación libre y favoreciendo la creatividad, la igualdad en el derecho y la política, y la fraternidad, en la economía en anteposición al liberalismo y al comunismo. Esta ideología social le llevaría a convertirse en enemigo de Adolf Hitler. Murió a la edad de 64 en 1925 tras escribir su autobiografía. Rudolf Steiner creía que podía explicar el mundo espiritual con sus conocimientos científicos y que podía alcanzarlo con la libertad moral que proclamaba, con esta idea fundó varias escuelas de esoterismo y colegios donde añadía este concepto dentro del curriculum. Además fue arquitecto, escultor, agricultor y médico.

 

La enfermedad

En el contexto de la medicina antroposófica la enfermedad sería un desequilibrio, una relación imperfecta entre los cuatro constituyentes del ser humano. Por ejemplo el ego es el responsable de la función anabólica en el cuerpo pero de la catabólica en la cabeza y es por eso que practicar actividad física da sensación de bienestar, sin embargo estudiar produce agotamiento. En la antroposofía no existe el concepto de enfermedad aplicando más bien el concepto holístico de enfermo compartido con la acupuntura, homeopatía y fitoterapia, entre otras. Esta visión muestra estar enfermo como algo ‘bueno’ ya que permite ‘aprender a vivir’, permite mejorar la relación entre los cuatro constituyentes humanos no solo en esta vida, sino mezclándolos con las vidas pasadas y futuras. Los que practican esta medicina creen que cada experiencia vivida está en relación con las experiencias de las vidas anteriores introduciendo el karma y el destino en el esquema etiológico de las patologías.

 De esta forma cada experiencia pasada se manifiesta en ti gracias al genoma, y cada experiencia presente se consolida químicamente en el DNA. Esta mezcla de psicología y genética es la base de la aparición  del cáncer, para los antroposóficos, el genoma del ser humano tiene una serie de predisposiciones a padecer ciertas enfermedades genéticas, predisposiciones que no se obtienen por azar, sino por el conjunto de hechos espirituales y químicos que han remodelado tu estructura genética de esa forma. 

Esta predisposición se puede activar en base a un cúmulo de mecanismos llamados detonantes, así se explica que no todos los fumadores desarrollen cáncer y no todos los hermanos tengan asma, etc. Los mecanismos detonantes estarían relacionados con situaciones de mucho dolor, de pérdida  o de duelo, no solo ante los seres queridos sino también de un trabajo o una disminución significativa de autoestima. De esta forma es posible crear una ‘personalidad del enfermo de cáncer’ que ante la adecuada predisposición desarrollará la enfermedad. La clasificación por estadíos de cáncer también estaría relacionado con esto ya que, según la medicina antroposófica, se debe a las defensas naturales del organismo, es decir, si a un enfermo le detectan el tumor en estadio I significa que la persona tiene defensas adecuadas para enfrentar este hecho de duelo detonante del mismo.

Curación.

 

La medicina antroposófica utiliza una serie de terapias que son independientes de las enfermedades ya que dependen sólo del enfermo:

  • Euritmia curativa: Se basa en repetir los mismos movimientos unos minutos al día, no es una técnica ‘aplicable a cualquier edad y en enfermedades tanto a nivel físico, orgánico o psíquico’.
  • Eurtimita higiénica: Es exactamente igual que la curativa pero su objetivo es prevenir.
  • Cabalgata terapéutica: Consiste en montar a caballo de forma totalmente pasiva, sin manejar las riendas. Claman que beneficia al sistema circulatorio, nervioso, digestivo, nervioso, musculoesquelético y las habilidades sociales.
  • Masaje Pressel: Un masaje de todo el cuerpo que estimula las ‘fuerzas curativas propias del organismo’ y que tiene indicación en enfermedades muy prevalentes como hipertensión, diabetes, artrosis, infarto y cáncer.
  • Masaje rítmico: Un masaje que equilibra la relación entre los constituyentes del organismo con múltiples indicaciones
  • Musicoterapia: Consiste en tocar un instrumento para que así el ego que ‘nunca se enferma’ se relacione con los otros constituyentes y los sane.
  • Quirofonética: Potencia las capacidades de hablar y escuchar para hacer a las personas menos susceptibles de sufrir psíquicamente.
  • Terapia artística: Se realizan diversos ejercicios artísticos de diversas disciplinas para aumentar la comprensión del yo espiritual.
  • Terapia biográfica: El estudio de la vida pasada puede solucionar enfermedades crónicas o prevenir su aparición.
  • Alimentación: Una parte importante de la terapia es la alimentación, que debe ser completamente sin azúcar y basada en agricultura ecológica, es decir una alimentación vegetariana. Pero además tienen en cuenta la posición de las estrellas y de la luna, las estaciones y la hora del día.
  • Terapia anticáncer: Se basa en la administración de muérdago a dosis homeopáticas. Es quizá la terapia más conocida.

Valoración crítica

 

Cuando se plantea una valoración de cualquier tipo de terapia lo más importante es su eficacia. Al realizar una búsqueda en la base de datos Cochrane no apareció ningún resultado, es decir, no había una sola revisión realizada por la fundación Cochrane al respecto, una búsqueda en Scoopus dio el mismo resultado. En Pubmed la búsqueda de ‘”Anthroposophy”[Mesh]’ resultó con 171 artículos y 16 revisiones. De las 16 revisiones había 3 a favor de su eficacia, 4 en contra y el resto trataba otros temas, de las 3 a favor, ninguna había pasado una revisión por pares adecuada ya que estaban publicados en revistas sobre terapias alternativas y dos de ellos afirmaban que las pruebas eran insuficientes para afirmar nada.

 Una búsqueda en otras bases de datos fuera de las más conocidas revela más de lo mismo, sesgos en los pocos estudios a favor de eficacia y pocos estudios en contra de su eficacia. Ante esta falta de evidencia sobre su eficacia es simplemente erróneo prescribir este tipo de tratamientos a los enfermos de cualquier cosa ya que, por si solos no han demostrado ningún tipo de eficacia. El debate sobre este tipo de terapias debería acabarse ahí, pero por desgracia varios profesionales de la salud practican este tipo de ‘medicina’. La falta de evidencias no se limita a su eficacia in vivo sino a in vitro no existe ni un solo estudio de investigación básica al respecto no hay efectos celulares, ni en cultivos, ni bioquímicos ni nada. La pregunta que surge es ¿por qué se sigue administrando? El auge actual de este tipo de terapias se debe a que rellenan los huecos que deja la medicina actualmente, el ejemplo más claro es el tiempo de las consultas que cada vez son más reducidos, hay médicos de atención primaria que tienen 4 minutos por consulta, sin embargo un practicante de terapias alternativas puede ofrecer el tiempo necesario para que el enfermo se sienta escuchado, arropado, ayudado y eso es algo muy importante, algo de lo que la medicina carece. 

Muchas veces los enfermos solo quieren que alguien les escuche y les atienda, y con el simple hecho de decir ‘te comprendo’ ya se sienten mucho mejor. Otro de los motivos son las terapias, que no tienen efecto secundario ninguno (ni primario tampoco) y son ‘naturales’ ya que suelen ser extractos de plantas, lo que da a los padres más confianza a la hora de administrarla a los hijos. Un tema bastante preocupante, es el de los profesionales que prescriben este tipo de terapias, la evidencia es tan escasa que no tienen ningún sentido hacerlo, el problema muchas veces radica en la ignorancia y en que es un negocio muy lucrativo del que ‘sacar tajada’ y dejan de lado los principios del código deontológico para engañar a sus pacientes a cambio de dinero, algo muy grave y que debería estar penado por la ley. Las autoridades sanitarias deberían tomar partido de una vez y acabar con estos timadores de la salud que, día a día, proliferan más con másters universitarios y cursos a distancia, asociaciones profesionales y demás titulito pagado por compañías farmacéuticas, que en este caso, son más usureras si cabe, que con los fármacos demostrados. 

Como terapia alternativa es un error y un caso muy grave de mala praxis, no se puede tratar un cáncer con muérdago ya que no existe ningún estudio a su favor sin embargo la radioquimioterapia y la cirugía son herramientas muy estudiadas y eficaces con sus efectos primarios y secundarios descritos, su acción biológica determinada y sus porcentajes de curación, etc. Intentar curar el cáncer con muérdago llevaría irremediablemente a la muerte del enfermo. Pero no sólo con el cáncer, cualquier enfermedad que no se autolimite en el tiempo como la neumonía, la polio, las hepatitis, las litiasis, la apendicitis, la hipertensón arterial, la diabetes y un largo etcétera de enfermedades. Utilizar estas terapias exclusivamente sería matar al enfermo. 

Puede parecer una perogrullada, ya que nadie en su sano juicio realizaría algo parecido al asesinato, pues bien, actualmente hay quien piensa que el muérdago es capaz de curar el cáncer. Si la vemos como terapia complementaria, asalta la pregunta de ¿qué daño hace?, los enfermos recibirían el tratamiento convencional y de eficacia demostrada y se sentirían mejor con la terapia antroposófica considerándola dentro de la profesión médica como un placebo. Este es un argumento muy común y muy difícil de rebatir, algo que está muy demostrado es que el placebo mejora en los enfermos la percepción de enfermedad, les hace creer que están mejor aunque en realidad no lo estén y eso conlleva una serie de efecto fisiológicos que pueden repercutir en una mejora real. 

Cuando se trata de personas nada es blanco o negro y  las palabras siempre y nunca no se cumplen, aplicar un placebo en ciertas situaciones clínicas concretas ya sea en solitario o en conjunción con el tratamiento es algo que puede ser bueno y que quizá se está perdiendo frente a la demanda y al abuso de medicamentos que caracteriza nuestra sociedad. La respuesta a esta situación son las terapias complementarias que ‘no hacen daño a nadie’, sin embargo cada vez más se está dejando la medicina de lado, los índices de mortalidad atribuidos a la no vacunación se multiplican geométricamente, al igual que las muertes por negarse al tratamiento (caso famoso de Steve Jobs) y abocarse a estas terapias, también nos podemos encontrar a personas con graves secuelas por infecciones en situaciones de acupuntura, o quiropráctica y la lista sigue y sigue. Incluso existe una página web que recoge los casos de muerte o efectos permanentes por el uso de estas terapias. Si las vemos como algo complementario y siempre complementario no serían tan malas pero la tendencia epidemiológica es a cada vez más abandono del tratamiento eficaz y demostrado por la utilización de estas terapias de la llamada ‘new age’. 

Además, los científicos no debemos apostar por el pensamiento ilógico e irracional, por la magia y las supercherías y mucho menos ponerlas al mismo nivel que la medicina científica. ¿Cuál es la diferencia entre la medicina antroposófica y la astrología? ninguna es la respuesta, hay que abogar siempre por el pensamiento crítico no podemos dejar caer a nuestros pacientes en la irracionalidad y que el destino y la superstición, los videntes y las brujas controlen sus vidas. A nivel de evidencia no existe diferencia ninguna entre este tipo de terapias y los sanadores que curan con el poder de la mente, para el enfermo tampoco la hay y una cosa lleva a la otra. Rudolf Steiner no cree que el corazón sirva para impulsar la sangre por el organismo, sino que es la energía vital, el cuerpo etérico el encargado de ello y lo pretende demostrar con una serie de explicaciones pseudocientíficas que no llevan a ningún sitio. Desde la comunidad científica debemos decir basta, basta ya de engañar a la gente, basta ya de tanta pasividad ante las pseudociencias, denunciemos los timos, ayudemos a hacer la sociedad más crítica con el mundo que le rodea, salgamos a la calle y hablemos, la evidencia es lo primero, hay que decir: ¡Basta!.

Bibliografía

 

Difusión   de Profesionales en Medicina Interdisciplinaria. (2012). Obtenido de Medicina antroposófica: Instituto para la Formación en Medicina y Terapias   Antroposóficas. (2012). Obtenido de   https://www.ifma.org.es/index.php/inicio Skeptic’s Dictionary. (2012). Retrieved from Anthroposophi cmedicine:   https://www.skepdic.com/anthroposophicmedicine.html Wikipedia. (2012).   Retrieved from Anthroposophical medicine:   https://en.wikipedia.org/wiki/Anthroposophical_medicine Wikipedia. (2012).   Retrieved from Rudolf Steiner: https://en.wikipedia.org/wiki/Rudolf_Steiner Wikipedia. (2012).   Retrieved from Anthroposophy: https://en.wikipedia.org/wiki/Anthroposophy Bott, V. (1978). Anthroposophical   Medicine: An Extension of the Art of Healing (ilustrada, reimpresa ed.).   (Steiner, Ed.) Bott, V. (2004). An   Introduction To Anthroposophical Medicine: Extending The Art Of Healing.   Rudolf Steiner Press. Evans, M., &   Rodger, I. (1993). Anthroposophical Medicine: Treating Body, Soul and   Spirit (Ilustrada ed.). Medicinas complementarias. https://www.livestream.com/medicinascomplementarias  Gunver, S. K.,   Helmut, K., & Ulrich, H. A. (2006). Anthroposophic Medicine:   Effectiveness, Utility, Costs, Safety. Schattauer Verlag. Steiner, R. (2003).   Medicine: An Introductory Reader. (A. Maendl, Ed.) Rudolf Steiner Press. Vaca Zeller , C. (2012).  https://www.yohanan.cl/pediatria.html

 

 

Existen (como en múltiples ocupaciones del hombre) diversas chantadas (valga este neologismo; viene del vocablo chanta) en varios campos del quehacer humano, y una de ellas pretende corresponder al ámbito de los galenos y se denomina medicina antroposófica (de antropo: prefijo que significa hombre, y sofía, del griego: sabiduría).

 

     Dicen los “sabios” antropósofos, por ejemplo, que vacunar masivamente contra las enfermedades graves y suprimir la fiebre, produce incapacidad inmunológica. Con este exabrupto pretenden que debemos dejar a  nuestro organismo en paz y tranquilidad a merced de todo lo nocivo, ya que por sí solo, como por arte de magia, puede defenderse del ataque de toxinas virósicas o asedios bacterianos.

     También dicen barbaridades como que al ser expulsado el YO de un organismo, se impide su estructuración como ser humano de tal modo, que afecta a nuestras células que quedan expuestas a diversas patologías.

     Pregunto con curiosidad: ¿Qué tendrá que ver el yo con un germen patógeno, un virus agresivo o un parásito intestinal? ¡Bueno! ¡Cosas de los antroposóficos!

     Sabemos que la antroposofía se halla muy “metida” en esta pseudociencia médica, y cuando, los que sabemos de medicina incursionamos en ese terreno, no podemos evitar esbozar una compasiva sonrisa ante los disparates que allí se formulan.

     De modo que, para los antropósofos que incursionan en la medicina, vacunar masivamente y eliminar la fiebre, equivale a hacerles un gran favor a los gérmenes patógenos, quienes “saltan de alegría” bendiciendo a los antropósofos que parecen quererlos mucho.

     Anda circulando por ahí, cierto dicho que reza así: “La sociedad actual es cancerígena”. No estoy de acuerdo; siempre hubo cánceres, incluso en nuestros compañeros en la existencia, los animales, y se los confundía con otras dolencias. Antes no se los detectaba a tiempo dándoles lugar a su avance; incluso en los animales silvestres, que no tienen contacto con el hombre como los perros y gatos, de modo que no pueden ser atribuidos a la alimentación que este les ofrece.

     ¿Qué ahora hay más cáncer que antaño? Existe mayor población y por eso saltan las estadísticas. Incluso los niños de corta edad son víctimas de las neoplasias como el retinoblastoma, y sin embargo no tuvieron tiempo para generarlo durante la adultez o la ancianidad, porque fallecieron antes.

     En “medicina antroposófica, también se habla de pacientes con cierta “psique cancerosa” que mantiene a las neoplasias alejadas. (Pura imaginación, pura fantasía).

     También los antroposóficos nos informan acerca de cierto “cuerpo astral” y enseguida se salen con disparates tales como “cierta unión exagerada de lo anímico-espiritual con el cuerpo y de ahí entonces es cuando surge la enfermedad”. Pero existe una receta para hacerle frente y se trata naturalmente de mermar la intensidad de dicho vínculo y… ¡adiós patología!

     También estos esotéricos nos hablan de ciertas autocuraciones mediante el sueño, y de ciertos vínculos ¡sobrenaturales!

     Y como si todo esto fuera poco en materia de fantasías nos pretenden aleccionar acerca del ya citado misterioso “cuerpo astral” sumergido profundamente en nuestro cuerpo cuando gozamos de buena salud.

     Una de las causas por las cuales se enferma la gente, dicen que es un exceso de unión entre lo espiritual con el cuerpo, y para realizar la curación es menester aminorar el grado de ese vínculo, que equivale a exclamar: ¡Espíritu aléjate del cuerpo que te maltrata!

     En otras palabras dicen que, cuando un ser espiritual se desvincula del cuerpo, desaparecen como por ensalmo las enfermedades. Estamos entonces en presencia de un cuerpo vital o etéreo bien sanito.

     Aquí cabe, naturalmente, hacer un poco de hincapié en ciertas afirmaciones por parte de estos chantas con las siguientes preguntas: ¿Quién les informó a los antropósofos  que existen los espíritus? Y el alma, según el mito ¿no es acaso un espíritu? Me he cansado de escuchar la “eterna” frasecita: alma espiritual; más según mis conocimientos basados en la física actual estoy en condiciones de afirmar de que eso del alma es un puro invento de los nescientes del pasado remoto, que hasta hoy se arrastra.

     De modo que, sólo me resta aconsejar a los enfermos que me lean, que cuando se sientan mal acudan a los mejores galenos alejados de toda pseudociencia. (Nada de homeópatas, antropósofos, manosantas, curanderos… y otras yerbas).

     Sabemos que los antropósofos  con veleidades de galenos, se valen de toda una mezcolanza de esoterismos con ciencia experimental, dos cosas que no pegan ni por asomo, pues se hallan distanciadas años luz una de otra. Es como comparar nuestra última tecnología electrónica de la actualidad, con el tiempo de las cavernas con sus figuras plasmadas en las paredes o basarse en la terapia de los hechiceros de las tribus y magos de antaño que “curaban” por ensalmo a los posesos de los tiempos bíblicos.

 

Ladislao Vadas

 

La medicina antroposófica es un sistema pseudocientífico de medicina que se sale de la ciencia médica basada en evidencias para caer en el ámbito de lo espiritual.

La medicina antroposófica se basa en la noción de que existen fuerzas formativas holísticas, no atomísticas y específicas que se pueden evaluar empírica y racionalmente. Desde una posición que afirma que tales fuerzas holísticas no pueden existir o no pueden ser evaluadas empírica y racionalmente, las bases axiomáticas y conceptuales de la medicina antroposófica pueden ser cuestionadas. Quienes apoyan este enfoque creen que existe evidencia empírica que apoya la validez de los conceptos holísticos.

Los médicos antroposóficos asisten a un entrenamiento especial en Suiza o en Alemania después de la obtención de sus títulos médicos regulares. El enfoque principal de este tipo de médicos es la vida del alma del paciente. En el análisis antroposófico, los métodos incluyen una dinamólisis capilar y la cristalización sensible, en la que el médico o el investigador interpretan la imagen formada por la cristalización de sales disueltas en un fluido como la sangre:

"Si permitimos que una solución de sal se cristalice después de haberle agregado algunas gotas del extracto de una planta o tejido vivo, veremos que los cristales se configuran para dar una imagen de las fuerzas etéricas de la sustancia viva estudiada".[1]

Los remedios minerales y vegetales son seleccionados por correspondencias ocultas con los planetas y tradiciones europeas en base a la forma de la planta.

En el año 2000, había quince prácticas médicas antroposóficas en los Estados Unidos. Las escuelas Waldorf son reclutadores primarios de pacientes nuevos.[2]

 

Valoración crítica de la medicina antropológica y antropofósica

MARINA ALARCÓN IRANZO

A lo largo de la historia han sido muchos los movimientos psicológicos emergentes y se han desarrollado gran cantidad de teorías y modelos explicativos diversos. Incluso en la psicología contemporánea existen diversas corrientes que plasman estas diferencias conceptuales derivadas de todos estos movimientos. Podemos diferenciar, sin embargo, las doctrinas más relevantes, que han constituido de alguna manera la base para el desarrollo de todas las demás.

El modelo orgánico o biológico fue planteado por Hipócrates, quien hace más de 2000 años introdujo el concepto de “patología de los humores” básicos, y afianzado por Kraepelin (a finales del s.XIX) en su sistema de clasificación de enfermedades mentales, que sigue la consideración del criterio médico de enfermedad (la enfermedad tiene una etiología orgánica que produce una serie de síntomas, que llevan a un diagnostico).

Contemporáneo de Kraepelin, Freud desarrolla la doctrina psicoanalítica, con la cual se posibilita una comprensión más completa de la enfermedad y se centra la atención en el hombre en sí. Este enfoque psicodinámico permite además nuevas técnicas terapéuticas que se han ido desarrollando posteriormente.

A principios de siglo XX, se publican dos obras de gran importancia para la psiquiatría contemporánea, que  surgen como un intento de romper con los rígidos patrones de la psiquiatría de Kraepelin. Una de estas obras es la de Karl Jaspers, la cual tuvo y todavía tiene una gran repercusión en la investigación psicopatológica posterior. Con esta obra se desarrolló el rigor metodológico en psiquiatría. Jaspers describe dos métodos de estudio: explicativo (correlaciona fenómenos físicos con su base estructural somática), y comprensivo (intenta entender las conexiones de sentido entre hechos histórico- biográfico personales).

Durante este primer tercio de siglo se produce un desarrollo de estas tendencias (iniciadas a principios de siglo) y se intenta de nuevo la aproximación al enfermo y a la enfermedad; pero la incomunicación entre las distintas escuelas es un obstáculo importante.

En Alemania (uno de los núcleos principales de la psiquiatría académica en esta época), existen dos escuelas importantes de saber psiquiátrico. Por una parte, la Escuela de Frankfurt (sigue una orientación clínica), y por otra parte, la Escuela de Heidelberg, que sigue la orientación fenomenológica de Jaspers (clínico-descriptiva).

La Escuela alemana de Heidelberg (o de medicina antropológica) comienza su actividad científica alrededor de 1925. Esta escuela desarrolla la “patología biográfica”, en la cual el nacimiento y la configuración de la patología son comprendidos desde el punto de vista de su “sentido” en la biografía del enfermo. El médico se propone según el método de la “comprensión” (de Jaspers), conocer el sentido de la enfermedad dentro del sujeto humano que la padece. Fueron figuras destacadas de esta escuela Viktor von Weizsäcker, Paul Christian, Von Bergman, Hollman, Hantel, etc.

Viktor von Weizsäcker es la figura más representativa de la Medicina Antropológica. Su pensamiento es de inspiración biológica y filosófica (traslada a la medicina ciertas doctrinas neokantianas). En el enfermo, distingue un aspecto cognoscitivo (fenoménico) y otro misterioso. Para él, la salud y la enfermedad no deben ser entendidas en términos de normalidad- anormalidad, sino de verdad- no verdad (la salud correspondería a la realización de verdad de cada persona). Por esto, entiende que la enfermedad tiene un sentido vital y ya que el hombre es un sujeto afectado por ella, ha de expresarse biográficamente.

La medicina antropológica “introduce al sujeto” en la ciencia médica comprendiendo las relaciones de causa-efecto entre lo que constituye al ser humano (sus pasiones, su vida emocional e instintiva, sus conflictos internos, sus tensiones, etc.) y la forma de enfermar.

Este enfoque de la medicina clínica supone una escucha del enfermo minuciosa y prolongada, entrando en su intimidad mediante una anamnesis profunda. Ante un enfermo, el médico tiene que resolver 3 cuestiones: ¿por qué aquí? (localización orgánica), ¿Por qué ahora? (puntualización biográfica) y ¿Qué verdad tiende a evidenciar la no verdad de su proceso morboso? (esclarecimiento existencial). El adecuado conocimiento del cuadro de enfermedad exige una relación médico-paciente muy estrecha (de “compañerismo itinerante”); no puede ser una simple relación sujeto-objeto. La misma relación se aplica a lo somático y lo psíquico.

Por otra parte, encontramos la medicina antroposófica. Ésta también se fundamenta en la concepción integral del ser humano. Sus fundadores, Rudolf  Steiner e Ita Wegman, destacaron siempre que esta medicina  constituye una ampliación de la medicina convencional. Funciona de acuerdo a un pensamiento vivo (que tiene en cuenta los procesos, la dimensión “tiempo”), como extensión de una concepción analítica (relacionada con el objeto, “espacio”). El ser humano está constituido por cuerpo, alma y espíritu. Para su diagnóstico y terapia es necesario tener en cuenta estos tres componentes. La medicina antropológica considera la enfermedad como un intento de trasformación, y compara “el proceso de enfermar” con la evolución de los fenómenos naturales; reconoce una analogía entre el desarrollo de patologías  y los procesos que las plantas desarrollan de manera particular (crecimiento de flor, interacción con el medio, preferencia por terrenos concretos, evolución anual, etc.).  Los tratamientos que se usan se dirigen al ser humano en su conjunto,  al entorno orgánico como a los propios órganos, con el fin de ayudar al paciente a que sea capaz de restablecer su propio equilibrio.

La aparición de este tipo de medicinas ha sido fundamental para el avance de la medicina en general.

Aceptar que la causa de las patologías no es puramente orgánica, que la biografía del enfermo influye tanto como la genética, que existen otros factores sociales, culturales, que también intervienen, etc. es imprescindible para poder tener una visión holística del enfermo, que permitirá al médico profundizar más en la producción y el progreso de la enfermedad y por tanto, preparar una terapia más adecuada para cada caso personal.

Otro aspecto muy positivo de la medicina antropológica es la anamnesis exhaustiva. Una buena anamnesis aportará datos clave sobre el enfermo, que pueden ser extremadamente relevantes para el estudio de su patología. Además, para hacer una buena anamnesis es necesaria una estrecha relación médico-paciente, y esto también me parece fundamental, porque desgraciadamente todavía hay médicos que olvidan que tratan con personas, con vidas que sienten y sufren, y no con simples objetos. El trato a un paciente influye de manera importante en la respuesta de éste (cuando el paciente confía en el médico, simplemente por su positividad, puede favorecerse su proceso de curación…).

En general, este tipo de medicinas (psicodinámica, antropológica, etc.), pretenden conseguir una atención más personalizada. Siguiendo un poco la cita “no hay enfermedades sino enfermos”, es importante recordar que el trabajo de un médico es ayudar a recuperar a un enfermo su estado de máxima salud, y que si para esto es útil (y está demostrado que sí), obtener información acerca del paciente (sus antecedentes previos, su forma de enfermar, los problemas externos que puedan estar condicionando que empeore, etc.), los obtendremos, e intentaremos analizar cada caso de una forma particular, intentando así buscar la mejor solución para cada uno.

Cabría destacar que en los planteamientos de la medicina antropológica y antroposófica, encontramos ciertos tintes místico-filosóficos que pueden confundir un poco, pero que creo que se resumen en lo que he comentado, en conseguir una visión más global del enfermo, en todos sus aspectos, para descubrir qué causa su patología y poder resolverla.

Como conclusión, me parece un muy buen enfoque clínico, aunque complicado actualmente, primero por la falta de tiempo, y segundo, por la incredulidad y estancamiento de muchos, aunque esto a estas alturas parezca mentira.

BIBLIOGRAFÍA:

–       Vallejo Ruiloba, J. (1998) Introducción a la psicopatología y a la psiquiatría. Barcelona. Masson S.A.

–       López-Ibor, Juan José; Ortiz, Tomás; López- Ibor, María Inés. (1999) Lecciones de psicología médica. Barcelona, Masson S.A.

 

 

 

 

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