CON 15 AÑOS ME CAPTARON (Movimiento para la Integración en el Espiritual Absoluto)

Uno de los fugitivos más buscados ahora mismo en Europa es el maestro de yoga Gregorian Bivolaru (n.1952), rumano, fundador y líder de la secta MISA (Movimiento para la Integración en el Espiritual Absoluto).

 
 
 
 
 
 
 
      
 
 
 

 

Según la página web de Europol, sobre él pesan nueve acusaciones relativas al tráfico de seres humanos y abusos sexuales entre los años 2006 y 2011. Sin embargo, la secta sigue actuando en varios países como España, Argentina y Uruguay, entre otros, bajo la fachada de academias de yoga “tradicional” o “esotérico”.
 
En 2016, la cantante rumana Agnes Arabela Marques, afincada en Portugal, publicó un libro titulado (La adepta)*, en el que revela su paso por la secta, dando un revelador testimonio en primera persona sobre ese movimiento sectario, el MISA. A pesar de las evidencias siguen siendo defendidos por ciertos organismos de derechos humanos, y la secta ataca a sus críticos con demandas judiciales. De hecho, para protegerse, en su libro testimonial la autora cambia el nombre del grupo, al que llama ASIM, y del gurú, a quien asigna el seudónimo Bregor Glav. Pero el mismo año 2016, en declaraciones al diario británico Daily Mail, Agnes denunció de forma explícita algunos abusos a los que fueron sometidos, ella y muchos más, por G. Bivolaru, dejando en evidencia también a MISA (pulse aquí para leer el artículo del Mail). Dramática experiencia que detalla en el libro ya citado y es fuente de esta crónica…

El encuentro a través del yoga

Agnes Arabela Marques (en imagen actual adjunta) nació en Rumanía en 1984 en un ambiente impregnado de esoterismo. Sin ir más lejos, su madre era aficionada a la astrología y se interesó por el yoga cuando Agnes tenía 12 años. Ella y su hermana mayor, Daiane Alexandra, comenzaron a frecuentar los cursos de yoga con su madre y muy pronto cambiaron sus hábitos de vida (dieta vegetariana, por ejemplo), fascinadas por el gran gurú del movimiento al que ya pertenecían y quien, siendo considerado como un iluminado, “sabía la respuesta para todo”.
 
De esta forma, en el inicio de su adolescencia Arabela afirma que la secta “era, para mí, mi nuevo objetivo, mi nueva vida”. Poco después, su hermana viajó hasta la capital del país, Bucarest, para estudiar en la universidad y poder estar así más cerca del Gran Maestro de yoga. Poco a poco, la joven se fue distanciando de la familia, las llamadas eran escasas… y no sabían por qué.
 
Entonces Arabela y su madre, preocupadas, viajaron a la ciudad para visitarla. Se dirigieron al lugar donde vivía Alexandra: el área de los ashrams (centros de meditación) del MISA; que mantenía a la fecha sobre 40 recintos de ese tipo. Allí fueron informadas de que la joven era considerada una de las “privilegiadas” porque vivía junto al gurú… y por eso no podían verla. No conformes, realizaron una segunda visita, presionaron y consiguieron verla. La encontraron con muy mal aspecto físico, la cabeza rapada y habiendo dejado los estudios… como castigo -les dijeron- indicado por el líder espiritual.


 

Así conoció al gurú

 

Todo este ambiente de misterio y que parecía tan espiritual alimentaba la curiosidad adolescente de Arabela. Así, en las vacaciones de verano se desplazó a la capital para visitar a su hermana y conocer más de cerca el movimiento. Tenía 14 años y pudo participar en una de las actividades del lugar llamada “meditación en espiral Yang” –cientos de personas, recuerda Arabela, se posicionan formando una espiral, ordenadas por su signo zodiacal, dándose la mano para facilitar el flujo de energía “de otras dimensiones” desde el centro, donde está el líder sectario–, de modo que “estaba completamente deslumbrada” confidencia.
 
Iba a empezar la sesión, y entonces llegó el auto del gurú. Cuando se abrieron sus puertas, salieron varias chicas, hasta 8, junto a él. Y aunque muchas personas lo rodearon, enseguida se fijó en la nueva, Arabela, y tuvo una conversación con ella.  Después de preguntarle si su hermana le había contado lo que pasaba allí –a lo que respondió que no–, la invitó diciendo: “el lunes, cuando la cocinera me traiga la comida, ven con ella a mi casa”. Así lo hizo, y se sorprendió de que Bivolaru la recibiera con un beso en los labios. También llamó su atención que en la casa del gurú se encontrasen varias chicas, entre 17 y 33 años, “todas ellas con poquísima ropa, estaban prácticamente en bikini y poco más… parecían perfectamente integradas y completamente por propia voluntad”, dice Arabela, recordando que en ese momento se sentía casi honrada pues: “¡estaba en casa de un cuasi Dios!”.
 
La adolescente permaneció allí una semana, con las otras chicas, viendo cómo el gurú pasaba por el cuarto donde se encontraban y le decía a alguna: “ve preparándote”, aunque ella no sabía qué significaba aquello. Se acercaba la fecha en la que cumpliría 15 años y regresó a la casa familiar, asegurando que volvería al ashram, cosa que fue del gusto de Bivolaru.
 

Regreso a la secta: el yoga sexual
 

Tras regresar a ese particular centro de meditación en Bucarest, prosigue narrando Arabela, “…pensé que estaba en el camino cierto, que había encontrado mi lugar, mi oportunidad para expandir mis horizontes. Ahora lo más importante para mí era el yoga, el ASIM y Bregor Glav. Mi objetivo era convertirme, también yo, en una iluminada, como todos consideraban que lo era él”. Muchas son las promesas del líder sectario que habían ilusionado a las jóvenes y Arabela las resume así: “Contactar con Dios, tener clarividencia, levitar, viajar en un vórtice interplanetario, hablar con entidades de otros planetas, adquirir información, todo eso era mi objetivo. ¡Si tenía eso, lo tenía todo!”.

Cumplió los 15 años encontrándose en casa del gurú, sintiéndose toda una privilegiada. Luego, puntualiza, en sus conversaciones con las otras jóvenes descubrió lo que significaba uno de los títulos que le daban a Bivolaru, el de “Maestro Tántrico”. Esto respondía a su enseñanza del tantra, “una de las tres artes más famosas de hacer el amor… en el tantra, la energía sexual y espiritual es la misma cosa… convirtiendo la actividad sexual en un camino hacia la plenitud del sentimiento y de la conciencia”, explica.


En el caso del MISA, se enseñan ejercicios de respiración controlada y de contracciones para llegar al orgasmo sin eyaculación masculina. Así, explica Arabela, “con simples técnicas de autocontrol puedes usar la energía de los fluidos transmutándolos en energía en los chakras superiores, prolongando, así, la fusión amorosa durante varias horas. Los casos accidentales de eyaculación eran castigados”.

Arabela, que era la única mujer virgen en la casa, veía al líder como un padre y creía totalmente en sus dones sobrenaturales. De hecho, escribe, llegó a “ver en él aquella figura paterna que nunca tuve”. Mientras tanto, veía cómo las chicas iban pasando por el cuarto de Bivolaru, felices de poder ser iniciadas en el sexo tántrico por él –y también lo aprobaban sus maridos o novios si los tenían–, a veces una detrás de otra, en sesiones que nunca duraban menos de una hora.


Los campamentos en Costinesti

Un día, el gurú le dijo a Arabela que sería una invitada de honor para acompañarlo a Costinesti, un lugar en la costa rumana donde la secta celebra sus ferias espirituales de verano, en el mes de agosto, y donde llegan a juntarse hasta 5.000 adeptos. Era 1999 y, por tanto, una ocasión especial, ya que el 11 de agosto habría un importante eclipse solar. En este contexto se realizaría la ya citada “meditación en espiral Yang”.

Además, el evento incluía el concurso de Miss Shakti, un concurso de belleza en el que participarían cientos de chicas aspirantes a representar el que llaman: “principio energético femenino”. Para ello, debían interpretar una “danza sensual” -recuerda Arabela- y, más tarde, desnudarse completamente sobre un palco para ser seleccionadas con vistas a la segunda fase. El jurado lo formaban Bivolaru “y sus más cercanos, sentados en primera fila”.

Arabela fue capaz de vencer su pudor y superó la primera fase. La segunda consistía en ponerse un vestido de noche y hablar en público. También la pasó. Y en la tercera fase, con apenas una docena de chicas, cuando se las grababa y fotografiaba desnudas (en “videoclips que rebosaban sensualidad… con una connotación tremendamente erótica”), tuvo que abandonar el concurso por ser virgen, ya que era necesario pasar por el tantra para llegar hasta el final.

Así terminó el verano en el que Agnes Arabela cumplió 15 años. Regresó a casa con su madre para realizar el curso escolar, pero tenía algo claro: “en el punto en el que me encontraba, creía en Bregor Glav como líder espiritual total, sobre todo después de ver a tanta gente, hasta médicos, abogados y una ministra, queriendo hablar con él, aunque fuese por un simple y breve minuto”.

Así llegó su “iniciación”

La protagonista de esta historia relata haber visitado durante el curso en más de una ocasión el ashram de la secta, y siempre alojando en casa del gurú. Era alguien especial, tenía “un sentimiento de superioridad en relación con esas personas [las que no pertenecían al MISA]… que no sabían lo que era el yoga, y mucho menos el tantra… Comenzaba, en mi interior, a condenar y rechazar a las personas comunes por las vidas mediocres que llevaban”, explica.

En una de esas ocasiones estando en el hogar de Bivolaru, de noche, él se acercó -dice Arabela- y, dándole la mano, le dijo: “vamos a hacer la consagración”. Sintió mucha emoción, porque llegaba el momento tan esperado, pero quedó en el anuncio. Tuvo que esperar a la meditación de fin de año para ello. Recién comenzado el año 2000, el líder le dijo que pronto sería la “iniciación”.

Fue la tarde del 12 de enero cuando Gregorian Bivolaru la llamó a su cuarto. Ante el líder desnudo en la cama, “en aquel momento, lo que sentía por Bregor era respeto y admiración, no me sentía apasionada ni nada que se le parezca... Él era mi líder, él sabía lo que era mejor para mí... Mi evolución espiritual estaba por encima de todo", relata Arabela en su libro.

Sin embargo, cuenta que ese encuentro sexual “fue largo y doloroso y, por causa del dolor, no conseguía concentrarme en los chakras como debía, pero yo, a pesar de eso, intentaba practicar siempre la transfiguración y ver en Bregor un Shiva universal, principio masculino”. Su aberrante iniciación duró dos horas y media. “No sentí nada más que dolor y la cama quedó llena de sangre”.

En su viaje de regreso a casa, comenzó a rezar… “pero no rezaba como habitualmente, a Jesucristo; yo rezaba ahora, en mi pensamiento, a Bregor: ‘Bregor, protégeme’, ‘Bregor, ayúdame’, etc. Mi noción de santidad estaba focalizada en su imagen. El último ‘iluminado’ antes de Bregor, según los fieles, había sido Jesucristo. Por tanto, Bregor era el nuevo Jesús para nosotros”.


Una adepta más

Así, Agnes Arabela Marques se integró en el núcleo de la secta, junto al líder, y su iniciación tántrica se convirtió en su secreto. En verano de 2000 pasó a vivir de forma permanente en el ashram de la secta, tal como estaba ya su hermana, en una época de expansión del MISA y de compra de propiedades, y poco después se trasladó también su madre. Arabela trabajaba cinco horas al día en la imprenta del grupo y tenía otras tareas que sobrecargaban sus jornadas, llegando también a pasar hambre.

La principal fuente de financiación de la secta, según revela en el libro, era la participación de algunas de sus adeptas en páginas web “eróticas” y, sobre todo, el trabajo de otras jóvenes en Japón… consideradas “heroínas” por el resto de los adeptos (y que habrían sido unas 2.000 enviadas desde 1989). Arabela tuvo relaciones sexuales “tántricas” con otros miembros del grupo, según le eran asignados. Además, recibía formación en diversas técnicas sexuales a las que se daba un significado espiritual.

Siendo ya mayor de edad, fue enviada a Japón en enero de 2003, algo que era visto como un honor, para trabajar en una empresa propiedad de la secta, tras jurar que mantendría en secreto lo realizado allí y donaría todos los bienes que recibiera al MISA. Así, estuvo trabajando como bailarina en un club. Aunque no obligaban a las adeptas a mantener relaciones sexuales, algunas lo hacían para conseguir más dinero y así agradar al gurú. De hecho, él seguía siendo el centro de todo: “a las cuatro de la madrugada se realizaba una meditación de agradecimiento y ofrendas a Bregor con una foto suya en el medio”.

Cuando se enamoró de un japonés y llamó por teléfono al líder para comentarle que quería casarse con él, Bivolaru se enfureció. Todo comenzó a venirse abajo. Entonces Arabela le contó al japonés toda su historia y actividades de la secta, a lo que él, sorprendido, contestó: “en este mundo, quien realiza tráfico de armas, drogas y mujeres se llama mafioso, ¡no líder espiritual!”. Acabó casándose con él, después de descubrir que lo que había considerado “el paraíso perfecto” no era más que un grupo de manipulación y explotación de seres humanos.

Finalmente pudo abandonar aquella secta, cuando comenzaron los problemas legales y mediáticos para Gregorian Bivolaru, acusado de tráfico de personas, actividades pornográficas y abuso de menores. Algo que es ampliamente documentado en el referido libro testimonio escrito por Agnes Arabela Marques para alertar a otros jóvenes que pudieren verse expuestos a un sometimiento y abusos diversos, como ella lo estuvo.

 

LUIS SANTAMARÍA DEL RIO

LA ADEPTA *

 

                                              

LA SECTA DEL PORNO YOGA TAMBIÉN ESTÁ EN ESPAÑA

El rumano Gregorian Bivolaru, líder de un movimiento que practica el yoga tántrico, fue detenido en París el 26 de febrero tras ser condenado en Rumanía por pederastia y pornografía infantil. El Movimiento para la Integración Espiritual en el Absoluto (MISA) cuenta con tres centros en España. En 2003, una película protagonizada por algunos seguidores fue premiada en el Festival de Cine Erótico de Barcelona. Así lo cuenta Carlos Barrio en el semanario Interviú. Reproducimos aquí su reportaje.

EL LÍDER, DETENIDO

Tiene 64 años, y hasta el pasado 26 de febrero era uno de los criminales prófugos más buscados de Europa, según un listado de Europol. Ese día, el rumano Gregorian Bivolaru fue detenido en una feria de libro antiguo de París. En 2013, el Tribunal Supremo de Rumanía le había condenado a seis años de prisión por posesión de pornografía infantil y pederastia, al haber abusado sexualmente de Madalina Dumitru, de 17 años. La chica era simpatizante del MISA, una organización dedicada al yoga tántrico fundada por Bivolaru en 1990, con unos cuarenta mil seguidores en distintos países, incluido España.

En marzo de 2004, Bivolaru ya había sido arrestado junto a otros miembros del MISA y acusado por un tribunal rumano de trata de personas y crimen organizado. El gurú del yoga tántrico marchó entonces a Suecia, donde le fue concedido el asilo político en enero de 2006 tras alegar persecución religiosa por las autoridades de su país.

Allí adoptó una nueva identidad y pasó a llamarse Magnus Aurolsson. Según ex adeptos del MISA, alternó su domicilio entre el país nórdico y Francia, desde donde ha seguido liderando el movimiento hasta su detención. La justicia francesa ha aplazado hasta el 11 de mayo la decisión sobre si extraditarlo o no a Rumanía.

SUS ADEPTOS LO DEFIENDEN
El MISA cuenta con unas doscientas cincuenta escuelas repartidas por todo el mundo, tres de ellas en España, con sedes en Madrid, Zaragoza y Barcelona. Están agrupadas en la Federación Internacional de Yoga y Meditación Atman, sita en Copenhague (Dinamarca) y coordinada por Advaita Stoian.Desde Atman defienden la inocencia de su líder y piden “su inmediata liberación”, atendiendo a su condición de “asilado político con pasaporte válido y acorde con la Convención de Ginebra”. Niegan, además, que pueda gozar de garantías jurídicas en su país y arguyen que “la supuesta víctima ha negado continuamente haber tenido una relación sexual con Gregorian Bivolaru”.
NO PORNOGRAFÍA, SINO “AMOR TÁNTRICO”
Advaita Stoian presume de haber estudiado física nuclear y de haber trabajado como investigador en el campo de la inteligencia artificial. Y también reconoce haber protagonizado, “como un proyecto privado”, diversas películas distribuidas en el circuito porno internacional, aunque él no las califique como tales.
“No estamos haciendo pornografía, sino el amor tántrico, basado en el control de las energías sexuales. Las personas involucradas en estas películas mantienen relaciones reales para que el espectador tenga la oportunidad de aprender la actitud correcta”, contesta Stoian a Interviú desde Copenhague, donde además dirige la escuela Natha Yogacenter, “una organización hermana del MISA y que no es ninguna secta sexual, como dicen en muchos medios”, asegura este yogi. Ex adeptos del MISA,  han denunciado que algunos discípulos fueron grabados durante las prácticas tántricas sin saber que las escenas terminarían siendo incluidas en distintas películas. 
INFILTRACIÓN EN UNA UNIVERSIDAD
Miembros de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) han calificado de sectarias las actividades del MISA. El psicólogo uruguayo Álvaro Farías, miembro de la RIES, lo califica como “secta del porno yoga” y denuncia cómo una ramificación del MISA “logró infiltrarse en 2012 en la Universidad de la República de Uruguay (UdelaR) a través de un proyecto de yoga dirigido por Octav Fercheluc, amigo de Advaita Stoian, y responsable de la academia de yoga Ananda, filial del MISA”.
Javier Behak, que siguió de cerca las actividades de los yoguis en dicha universidad estatal, afirma que el grupo “realizó varios campamentos en Uruguay, si bien finalmente se consiguió que se suspendieran sus actividades”.
EN EL MERCADO DEL CINE PORNOGRÁFICO
Fue precisamente en otros campamentos organizados por el MISA en Herculane y Costinesti (Rumanía) donde supuestamente, y según se recoge en el foro de los ex adeptos, “se rodaron escenas de películas” que terminaron llegando al circuito porno internacional. Uno de los filmes en los que participaron seguidores de este movimiento fue Ecstasy Water, distribuido en dos entregas y que llegó a ganar el “premio Ninfa a la mejor Carátula” en el Festival de Cine Erótico de Barcelona de 2003.
Dirigida por Bella Maestrina –uno de los seudónimos de Carmen Enache, miembro del MISA, según ha podido confirmar Interviú–, en la película son frecuentes las escenas de lluvia dorada (orinar) mezcladas con escenas porno al uso, tales como felaciones y cunnilingus.
“Fue un sueño de juventud que nos persigue. Nos animamos a exponer lo que habíamos experimentado en nuestra intimidad sin temor a ser juzgados. Las enseñanzas tántricas que Bivolaru ofrece al mundo son revolucionarias y llevan el riesgo de encontrar resistencias al principio”, reconoce Stoian, que califica a estas películas como “lecciones explícitas e implícitas sobre el control de la energía sexual”.
Entre otras, hay una técnica de control consistente en masturbarse hasta alcanzar el llamado “orgasmo urinario”, y que es el tema central de Ecstasy Water. Como demostración, distintas protagonistas del filme realizaron una performance durante el Festival de Cine Erótico de Barcelona 2003 que recuerda así su director, Juli Simón: “Tuve que extender plásticos a los pies del escenario para que no pusieran perdida de líquidos la moqueta. Cuando empezaron a mear, los espectadores se abrieron como si fueran las aguas del mar Rojo para evitar ser salpicados. Pero había truco. Algunas actrices se metían agua previamente en la vagina para luego lanzarla con fuerza más allá del escenario. Lo que no sabía es que pertenecieran a ningún movimiento ni que su líder fuera el tal Bivolaru”.
UNA ACTIVIDAD QUE CONTINÚA
Simón afirma que no volvieron a saber de ellos “hasta el año pasado, cuando Carmen Enache, que ahora decía llamarse Amadora, nos propuso participar en el Salón Erótico de Barcelona 2015 (el antiguo Ficeb) con un espectáculo llamado ‘Extasia’, en el que hablan sobre el amor absoluto”. Extasia, que también ha estado presente en el reciente Eros Porto 2016 (Oporto, Portugal) es, según figura en su blog, “un show erótico extático tántrico”. En dicha página se publicita un casting de mujeres para “ser iniciadas en el Eros Divino y participar en un proyecto artístico erótico revolucionario”.
Como contacto aparece Tomas Sattwa Major, un húngaro que ha producido Continuamente amando, la última película del MISA, dirigida por Carmen Enache –“bajo el seudónimo de Aghora Vidya”, según ex adeptos del movimiento–, y en la que también ha participado Advaita Stoian.
El psicólogo Miguel Perlado,  donde ha estudiado la evolución de este movimiento tántrico, afirma que, “según varios ex miembros del MISA, las actividades del grupo alrededor de Europa se han impulsado a través de centros de masaje tántrico, aparte de las otras múltiples actividades relacionadas con el yoga y la pornografía”.
SU PRESENCIA EN ESPAÑA
Un extremo que niega con rotundidad Madalina Craciun, actual coordinadora en Barcelona de la escuela Gupta Vidya Yoga, perteneciente a Atman, y a la que acuden semanalmente entre veinte y treinta alumnos: “No tenemos más ingreso de dinero que el que nos reporta la venta de apuntes del yoga tántrico”.
Seguidora acérrima de las doctrinas de Gregorian Bivolaru, que además es autor de unos cuarenta libros sobre tantrismo, afirma que “se está persiguiendo injustamente a Greg. No hay nada cierto en las acusaciones que pesan en su contra”.
Lleva desde julio en Barcelona y procede de la escuela de yoga esotérico de Madrid. El anterior responsable del centro en la Ciudad Condal, Raúl Szanto, ha regresado a Rumanía, donde se encuentra la sede central del MISA.
Madalina confirma que distintos miembros del MISA “han participado en películas para dar a conocer el tantra. ¿Qué hay de malo en ello? Enseñamos el control del deseo sexual, el orgasmo sin eyaculación como una forma de alcanzar el Absoluto”.
Con voz dulce y exquisita hospitalidad, Madalina habla de “la continencia sexual ya recogida en los ‘yamas’ y los ‘niyamas’ de la ‘brahmacharya’”. Puro hinduismo explicado en un piso del barcelonés barrio del Clot. “El tantrismo es la puerta hacia la divinidad”, sentencia Craciun.
Lo que no dice es que este mismo movimiento tántrico fue invitado a salir por otra puerta, la de la Alianza Europea de Yoga (EYC), en 2008. Lo resume así Miguel Perlado: “Le dijeron a Gregorian Bivolaru que era tan solo un vulgar hombre de negocios de la industria pornográfica que utilizaba el tantra yoga como tapadera para sus controvertidas actividades”.
DEL PORNO AL APOCALIPSIS
El reportaje también incluye unos comentarios de Luis Santamaría, miembro de la RIES, que señala que hay una gran cantidad de indicios y datos que apuntan al carácter sectario del movimiento MISA, liderado por el gurú rumano Gregorian Bivolaru. Algo que llama la atención es, por ejemplo, la variedad de nombres que adopta según el país de que se trate: Instituto Atman, Yoga Esotérico (Integral), Movimiento para la Integración Espiritual en el Absoluto (Sublime), Academia Ananda…
Además, si uno profundiza en las teorías de Bivolaru, las que utiliza para adoctrinar a sus adeptos, puede encontrar una mezcla de elementos orientales, esotéricos, cristianos y hasta paranormales. En uno de sus mensajes, por ejemplo, podemos leer que asegura lo siguiente: “Disponemos de una revelación importante que viene de Dios”. Se refiere a una “catástrofe planetaria” que sólo pueden evitar en la secta obedeciendo los mandatos del líder.
Por lo que ha sido más controvertido es por la realización de películas pornográficas con sus adeptas, bajo la capa del “yoga tántrico”. No es más que uno de los efectos de las prácticas de manipulación mental de las que ha sido acusado por expertos y ex adeptos.
 
 
 
 
 

 

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